El presidente de la Cámara Mendocina de Empresarios Mineros hizo un balance positivo de lo realizado como integrantes de UIM para mostrar datos reales de la actividad y trabajar con otros sectores de la economía. La importancia de participar en la mesa minera de UIA.
Luego de 4 años y a poco de finalizar su segundo mandato al frente de la Cámara Mendocina de Empresarios Mineros (Camem), Raúl Rodríguez –abogado especialista en derecho minero y ambiental- cierra un año con luces y sombras en lo que a su sector respecta. Camem es una de las cámaras que integra la Unión Industrial de Mendoza (UIM) y Rodríguez es, además, el vicepresidente segundo de UIM.
Las sombras no son nada nuevo pero, en esta oportunidad, los conflictos desatados este mes en Chubut con los destrozos causados por vándalos que dicen oponerse a la minería –en un contexto en el que la actividad se adapta a derecho y a lo que determina tanto la Constitución como las normas de la mencionada provincia- vuelven a dejar un sabor amargo a quienes creen que la minería es una posibilidad para salir de la pobreza generalizada del país.
No obstante, Rodríguez es capaz de mirar el vaso medio lleno y valora el apoyo obtenido por parte de la UIM tanto de la mano del presidente saliente, Mauricio Badaloni, como del actual, Matías Díaz Telli. “Integrarnos a la Unión Industrial sirvió como caja de resonancia de los testeos y controles de calidad con los que nuestro sector trabaja”, aseguró Rodríguez quien apuesta volver a poner el tema en agenda pública para el 2022.
“Es clave poder conversar sobre las posibilidades que se abren para Mendoza si el sector se desarrolla y haremos todo para responder dudas, preguntas y alternativas para resolver la ecuación”, sostuvo Rodríguez.
La participación en UIM también para que el sector minero pudiera trabajar codo a codo con el resto de los sectores de la economía de Mendoza como, por ejemplo, el vitivinícola. “Todas las cámaras defienden esta actividad lícita como una manera de aportar a la economía y generar nuevos empleos privados”, destacó el presidente de Camem.
En este sentido, el paso para poner en valor y contexto la actividad minera pasará el año próximo por un sólido plan de comunicación pero, sobre todo, por la gestión del diálogo con los sectores que se oponen a la minería.
“No los llamamos ambientalistas porque no creemos que lo sean, nosotros también somos ambientalistas y estamos comprometidos con el cuidado del medio ambiente no solo como empresarios sino también de manera personal”, comentó Rodríguez para quien hay que mejorar la calidad de la información que circula sobre la actividad.
En este sentido y en relación a la ley 7722, la postura de Camem es que no ha llegado ninguna inversión desde su sanción no solo por las limitaciones en el uso de sustancias sino, principalmente, porque es la Legislatura (un órgano político que poco sabe de cuestiones técnicas, ambiente, etc.) la que tiene la palabra final sobre la Declaración de Impacto Ambiental.
Más allá de los desafíos y pendientes, Rodríguez puso en valor algo más que considera un logro de este año. Se trata de la posibilidad de tener un lugar en la mesa minera de la Unión Industrial Argentina (UIA). “Eso se lo debemos a la UIM”, dijo el representante de los empresarios mineros.
