Según información aportada por la Unión Industrial Argentina, el costo de la logística y la presión tributaria inciden hasta en un 48% en los precios de góndola.
El Instituto de Economía de la Unión Industrial Argentina (UIA), que dirige Diego Coatz, estima que mejorando la logística y reformando el sistema de riesgos de trabajo (ART) podría reducirse alrededor de tres dólares el costo de la hora/hombre de la industria.
Según sus cálculos, los costos logísticos hoy representan entre 19 y 23% del precio total del producto en góndola, cuando hace una década rondaba el 10%. Y la presión tributaria alcanza el 48% en el sector formal industrial, lo que equivale al 25% del precio en góndola.
Coatz planteó que el primer desafío del desarrollo industrial es “el dilema de los salarios medios”: el costo de la Argentina la deja fuera de competencia, tanto con los países con mejores salarios como con los más baratos”. Del mismo modo, expresó que esta situación se mantendrá así hasta tanto se terminen las obras de infraestructura anunciadas, una salida para reducir los costos de logística sería subsidiar el gasoil a determinados sectores para no perder empleos.
También planteó que hay que mejorar la calidad de las importaciones; en 2015 el déficit industrial argentino alcanzó los US$ 32.000 millones, de los que cuáles 11.500 millones corresponden a China. “Por detrás hay un déficit de creación de empleo y de calidad”, sintetizó.
Perspectiva para 2017
En relación a la mejora de la actividad, Coatz se mostró optimista, aunque advirtió que en la dinámica de esa recuperación, influirán las medidas específicas que tome el Gobierno para mejorar la competitividad. Entre las que podrían colaborar, enumeró la duplicación del reintegro a las exportaciones, contar con grandes fondeos para tener financiamiento a tasas competitivas a diez años y tener energía a precios competitivos para segmentos claves.
Por último, estimó que la caída de la industria rondará el 3% para 2016, mientras que el valor de las exportaciones industriales está por debajo de 2009, post crisis internacional. El correlato es el empleo, que se amesetó desde el pico de 2012. “No hay despidos masivos, pero sí suspensiones”, finalizó.
Fuente: La Nación
